martes, 2 de septiembre de 2014

Conservación de Monarquías


Y asi concluyo este discurso, con que conviene que en las cargas y tributos de las provincias, en quanto fuere posible, haya una debida y ajustada proporcion, sin que todo el peso cargue sobre la cabeza.
Pedro Fernández Navarrete  


Vamos a repasar hoy un curioso libro publicado hace ya algunos siglos: "Conservación de Monarquías y Discursos Políticos", de Pedro Fernández Navarrete (1.564-1.632). Su autor, logroñés de nacimiento, fue un reconocido humanista, economista, escritor y poeta que alcanzó a ser  secretario real y canónigo  de Santiago de Compostela.

El libro, que vio la luz en 1.626, es un conjunto de reflexiones sobre los graves problemas que ya entonces, y pese a la prodigiosa expansión exterior, afrontaba la Corona española, así como sobre la manera de resolverlos. Aborda en él todo tipo de temas, desde el peligro que supone la despoblación a la condena del lujo o el excesivo número de días festivos que comprometían seriamente la economía. Pero nosotros vamos a centrarnos en el discurso XXIII, titulado significativamente: "Que las cargas de la monarquía se deben repartir entre todas las provincias". 

En efecto, el capítulo citado demuestra que los castellanos de la época, o al menos la parte más ilustrada de ellos, eran plenamente conscientes del terrible daño que estaba sufriendo Castilla  al ser obligada a soportar casi en solitario todo el peso fiscal. El Estado Asimétrico organizado por los Austrias permitía que Vasconia, Portugal y los territorios pertenecientes a la Corona de Aragón se convirtieran en un antecedente de los modernos paraísos fiscales, al tiempo que los campesinos y burgueses castellanos eran brutalmente exprimidos para sufragar una interminable serie de guerras.

Retrato de Felipe III. Pedro Fernández Navarrete le aconsejó que las cargas de la monarquía no recayeran solo sobre Castilla, sino que se repartieran equitativamente entre  los diversos reinos. Su consejo no surtió efecto.

En primer lugar hace Fernandéz Navarrete una curiosa e impecable reflexión histórica: todos los imperios se han caracterizado por procurar enriquecer a la cabeza del mismo, mientras que paradójicamente el régimen de los Habsburgo, parecía empeñado en lo contrario, arruinar a Castilla en beneficio de los territorios periféricos. El asombrado autor no encuentra precedentes ni justificaciones a tal proceder.
Todas las monarquías han usado siempre enriquecer la cabeza del imperio con los despojos y tributos de las provincias y naciones, ó ganadas por las armas, ó habidas por otros justos derechos. Así lo hicieron los Romanos, enriqueciendo el erario con los despojos de África y Persia, ó, como otros dicen, de Perseo. 

Y entre otras alabanzas que el Poeta Claudiano dio a Estilicon, fue decir, que había traído al imperio riquezas no conocidas, desde remotas y heladas provincias.

Y no solo Roma, sino todas las colonias y las ciudades  a quién se comunicaban los privilegios Romanos eran exentas de pechos y tributos, gozando del derecho itálico de que tuvo origen el llamar hidalgos á los que no pechaban.
Pero, como suele decirse, "Spain is different". Aquí no solo no se benefició fiscalmente al principal soporte del Imperio sino que se le esquilmó, empobreció, y agravió sin tregua:
Solo Castilla ha seguido diverso modo de imperar, pues debiendo, como cabeza, ser la más privilegiada en la contribución de pechos y tributos, es la más pechera, y la que más contribuye para la defensa y amparo de todo lo restante de la monarquía; porque no solo da para el sustento de la casa real, y para asegurar las costas de España, sino tambien para presidiar África, reducir a Flandes, y socorrer provincias y Príncipes extrangeros.
La solución que propone el autor no puede ser más moderada y de sentido común: repartir los gastos y las levas de soldados de manera equitativa y razonable entre todos los integrantes de la monarquía.
Con todo eso parece justo, que repartiéndose las cargas en proporcion, quedara por cuenta de Castilla el sustentar la casa real, guardar sus costas y la carrera de Indias: y que Portugal pagara sus presidios, y las armadas de la India oriental, como lo hacia cuando no estaba incorporado con Castilla. Que Aragon é Italia defendieran sus costas, y sustentaran para ello los baxeles y milicia necesaria; 
De otro modo, las consecuencias de seguir con la habitual política de expolio  al pueblo castellano, podían ser desastrosas, (y efectivamente lo fueron).
por que no parece puesto en razon, que la cabeza se atenue y enflaquezca, mientras los demás miembros, que estan muy poblados y ricos, miran las cargas que ella paga: siendo más justo que las provincias que están vecinas a confinantes enemigos, contribuyan mas para su propia defensa, como en las Cortes de Madrid del año de mil quinientos veinte y ocho se pidió al señor Emperador Carlos quinto:  pudiendo decir Castilla a las demás provincias lo que el Rey Atalarico escribió á los romanos, que gastaba sus erarios y la sangre de sus Godos, para que ellos gozasen de una parlera y pacífica alegría. 
Con lo de "provincias que están vecinas a confinantes enemigos" se refería sobre todo a Cataluña, territorio fronterizo con Francia y frecuente teatro de operaciones, pero cuya defensa se llevaba a cabo fundamentalmente con dineros y soldados castellanos. 

Y es que, a principios del XVII, tras un siglo de continua discriminación  y completo ninguneo de los intereses castellanos,  la situación económica y demográfica de la península había variado  por completo. Castilla ya no era la potencia en pleno auge de antaño. Se estaba empobreciendo y despoblando  a pasos agigantados. Por contra, las otras regiones gozaban de la prosperidad económica que sus privilegios  le facilitaban. 
Que socorrer Castilla á las demas provincias es muy puesto en razon, si ella estuviese sobrada rica, conforme á lo que dixo Séneca, que el dar ha de ser, sin que el que da, se ponga en necesidad. 
Como cabía esperar, este sacrificio de Castilla en aras de los otros reinos y de la dinastía  nunca fue valorado ni agradecido. Cuando unas décadas después nuestra tierra se quedó definitivamente sin fuerzas ni recursos para seguir arrastrando el peso, y al Conde-duque de Olivares no le quedó otra que intentar que los demás también contribuyeran al esfuerzo común, la respuesta fue la desafección, el auge del anticastellanismo, y la rebelión.  

De Felipe III a Felipe VI. ¿Es posible que España vuelva a configurarse como un Estado Asimétrico que beneficie a ciertos territorios periféricos a costa de perjudicar y discriminar a Castilla?

Llaman poderosamente la atención las enormes similitudes entre el Estado Asimétrico  que padecieron los castellanos durante los siglos XVI y XVII y el que algunos parecen empeñados en instaurar en España en pleno siglo XXI. Como si pudiera haber una especie de conexión temporal malhadada entre los reinados de sendos monarcas de nombre Felipe, el tercero de entonces y el sexto actual. 

Interesadamente, se quiere hacer creer que el reconocimiento de privilegios a ciertas zonas con fuerte presencia nacionalista serviría para eliminar o al menos moderar las tensiones territoriales. Los que así opinan, o carecen de cualquier conocimiento histórico, o de tenerlo este no les ha aprovechado  nada. 

Si algo se ha podido comprobar a través de los tiempos es que jamás ningún privilegio ha servido para que ningún territorio o grupo social favorecido mostrara el menor agradecimiento a los que lo sufren o para que moderara sus aspiraciones. Antes bien, siempre consideraron que tales privilegios eran obligados y lo mínimo a lo que tenían derecho, y no han buscado sino la forma de acrecentarlos y seguir distinguiéndose de los demás. 

Que nadie tenga pues la menor duda de que un sistema político serio, moderno y estable no puede construirse sobre la base de la desigualdad y el agravio permanente, sino únicamente sobre la más exquisita igualdad en derechos y obligaciones de todas las partes constituyentes.




5 comentarios:

  1. Sabido es que el empobrecimiento y despoblamiento de un territorio esta directamente relacionado con su presión fiscal. Esta no hizo sino agrandar y agravar el problema económico de la época hasta límites increíbles. Pareciera como si se nos hubiese sacado hasta la última gota y que así desean permanezcamos por los siglos de los siglos. Una clase política extractiva insaciable nos dejó tiesos, nos hizo pagar nuestra parte y la de los vecinos. Saludos.

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  2. Lo que se hizo con Castilla en los Siglos XVI y XVII, los 200 años de discriminación, de auténtica persecución fiscal que arruinó a nuestro pueblo y cercenó su desarrollo por parte de los Austrias es sin duda una de las páginas más negras y más trascendentes de nuestra Historia. No deberíamos olvidarla nunca, so pena de que pudiera repetirse, aunque sea bajo un aspecto diferente. Gracias por su comentario. Un saludo.

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  3. ¿Cómo se entiende la pasividad de los castellanos ante tamaña explotación de Castilla, lo castellano y los castellanos? Sencillamente es que no se les enseña la historia de Castilla, eso impide que sintiendo sus dolencias desconozcan las causas. Se nos ningunea y, peor aún, se nos desprecia por mansos y por fieles. Así nos quieren tener quienes dicen gobernar para todos: "sobrios" y sufridores hasta caer en la miseria, para provecho ajeno.
    Por una Castilla Castellana,
    Saludos.

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  4. De acuerdo con su comentario. Un saludo.

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  5. ¿Que como se entiende? Lo explico. En Cataluña:

    Los abuelos eran carlistas,

    los padres del somaten,

    los hijos se hicieron de Convergencia

    los nietos son de ERC.

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